Como ocurre con todos los seres vivos, la alimentación es un pilar esencial para la vitalidad de estos animales.
Disponer de una mascota en casa implica mucho más de lo que puede parecer a priori. La alimentación se presume como una pieza fundamental en el desarrollo del animal, con lo cual deberemos cuidar lo que le proporcionamos.
Si se trata de reptiles, tenemos que fijarnos en la tipología de reptil que tenemos.
Vamos a diferenciar tres grandes grupos de reptiles en función de su dieta.
– Carnívoros: Hay numerosas especies de reptiles carnívoros, y en esta categoría englobamos a los reptiles comedores de pequeños mamíferos, reptiles, aves, peces, así como a los reptiles carroñeros tanto ocasionales como especializados. En general podemos decir que los reptiles alimentados con presas vivas enteras, no suelen necesitar prácticamente suplementación mineral y solamente vitamínica en ocasiones, ya que al ingerir vertebrados enteros, sus necesidades de calcio y otros minerales y vitaminas suelen quedar satisfechas.
En el caso de utilizar alimento vivo congelado, periódicamente es necesario suplementar con vitaminas, ya que en el proceso de congelación se pierden en gran cantidad. Hay aficionados que ofrecen las presas recién muertas, así evitan posibles ataques de las presas hacia los reptiles y el alimento no pierde su valor nutritivo. Muchas especies solo aceptan el alimento vivo, ya que es el movimiento de la presa lo que estimula el instinto de caza.
– Insectívoros: La alimentación de los reptiles insectívoros, es sin lugar a dudas la que mayores problemas plantea tanto por la dificultad de obtener alimento vivo, como de alimentarlo correctamente y proceder a su posterior enriquecimiento (en caso necesario).
Los insectos más utilizados como alimento vivo son los grillos (de varias especies), gusanos de seda, langostas migratorias, zophobas, tenebrios, cucarachas, etc, (todo esto hablando de terrariofilia, ya que en libertad, su dieta sería muy diferente) insectos que tienen diferentes valores de proteínas, grasas e hidratos de carbono (con lo que se pueden combinar de manera que resulten adecuados), pero son muy pobres en minerales, especialmente en calcio.
– Reptiles herbívoros:
Sin entrar en detalles de tal o cual especie, tenemos un grupo bastante numeroso de reptiles (tortugas terrestres, iguanas, uromastyx) que tienen una dieta casi totalmente vegetariana, aunque en ocasiones pueden ingerir materia de origen animal.
Este tipo de reptiles tienen un sistema digestivo y excretor no tan resistente como los reptiles insectivoros, y el exceso de proteína animal en su dieta causa numerosas enfermedades interrelacionadas que afectan a hígado, riñones, etc.